¿Tu primero o todos juntos?

Emigrar en familia supone varios retos importantes, que quizás la persona que toma sola su decisión no tiene ni la más mínima idea, sin embargo tiene un lado de ventajas sobretodo en el aspecto socio-emocional que es bien significativo. En primer lugar tomar la decisión de si se va primero papá o mamá y luego se van los hijos o se van todos de una vez pasa por un tamiz de elementos determinados por el tipo de familia en particular, es decir no existe una receta cuando vamos tomando la decisión, Ej.: si los hijos van a mitad de año escolar en su país de origen y a donde van no pueden insertarse inmediatamente en el sistema escolar, ni podemos garantizar un mínimo de continuidad en sus rutinas y actividades diarias deberíamos evaluar si será mejor esperar a que terminen o tomar el riesgo asumiendo las posibles consecuencias. Recientemente en un webinar sobre migración se discutía acerca de la importancia de atender con prioridad a los niños en este proceso, porque son el eslabón más débil, en tanto si no se da un acompañamiento adecuado, se convertían en la parte más vulnerada de este fenómeno, desde lo psicológico y desde un enfoque de derechos es importante hacerlos partícipes del proceso y evitar engañarlos diciendo por ejemplo que es un viaje de vacaciones, así como los adultos las pérdidas a las que se exponen los niños es numerosa, desde su colegio, maestra, amigos, casa, juguetes, familia, entorno físico y quizás hasta el idioma, y los mecanismos para afrontar estas situaciones aún no son maduros ni suficientes para sobrellevarlos a diferencia de los adultos.

Sin embargo insisto en que migrar per se no necesariamente es un tema aunado a lo psicopatológico, depende de muchos factores, del tipo de migración si es voluntaria o forzada, de los recursos disponibles para hacerlo desde lo social, económico, psicológico, educativo, etc. En un estudio sobre duelo migratorio realizado a pacientes migrantes en España (Revilla y Alvarez, 2011) se encontraron hallazgos interesantes relacionados con algunas variables sociodemográficas como por ejemplo género, edad, estado civil, nacionalidad, entre otros, y por mencionar algunos de ellos, podemos decir que en los latinoamericanos se pudo comprobar que el duelo migratorio está relacionado con el estrés social de no poder llevar a cabo su proyecto migratorio y por otra parte con la nostalgia que puede intensificarse por convivir en un país parecido al suyo en cuanto a idioma y algunas tradiciones pero que culturalmente es muy distinto a diferencia de los subsaharianos quienes no presentaban nostalgia ni preocupación sino miedo, por el tipo de viaje, miedo a la detención, expulsión, mafias por trata de personas, etc. La condición de legalidad y aquí no hay dudas, genera una relación muy estrecha con el duelo, en la medida que una persona esté indocumentada presentará mayor preocupación y miedo que aquella que no lo esté, este es un punto de partida importante cuando ud. decida emigrar con su familia, otros factores como la presencia o ausencia de red social, las limitaciones en la comunicación por no manejar el idioma y la situación laboral pueden complicar o no el panorama.

Hazme saber en los comentarios qué otros aspectos te interesan de este tema para ir abordándolos progresivamente o incluso tu testimonio sobre el tema o por instagram en mi cuenta @PSICOBLOGUEANDO, Feliz día.


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